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Mantenimiento de las suspensiones

GPE Team
2023-10-18

Como cualquier otro componente, las suspensiones se fatigan a lo largo de uso, especialmente debido a que apenas hay cualquier movimiento en la moto, estas se a trabajar. Da igual que estos movimientos sean cortos o más prolongados por en generan desplazamiento sobre los casquillos de fricción y trasvase de aceite de una cámara a otra, con el consiguiente deterioro de todos ellos. Y cuando estos elementos dejan de funcionar correctamente, repercute en el mal funcionamiento de muchos otros como el chasis, los neumáticos y los frenos.

El mantenimiento de las suspensiones es básico, más de lo que nos creemos. Porque cuando pensamos en la suspensión en muchos casos solo lo hacemos respecto a su puesta a punto o adecuación a nuestro uso. Pero más allá tenemos que pensar que con los mantenimientos alargaremos su vida útil y prolongaremos en el tiempo sus cualidades dinámicas. De hecho, casi la ecuación debería ser al revés y si alguien pregunta por una preparación lo primero que se debería plantear es si sus suspensiones están correctamente mantenidas. Si están bien mantenidas, la puesta a punto es el siguiente paso y no al revés.

Uno de los errores más comunes es valorar el estado de nuestras suspensiones basándonos en si pierden o no aceite, y evidentemente es esto es un error. En realidad, son los kilómetros y las horas de uso son los que nos van a indicar si nuestras suspensiones están en perfecto estado o toca revisión. Porque una fuga de aceite puede suceder en cualquier momento no sólo por una falta de mantenimiento.

Llegados a este punto del post no podemos dejar de hablar de cuáles son los componentes que sufren más en una suspensión. Hay cuatro elementos que se deterioran principalmente. Primero los retenes, que son los encargados de asegurar la estanqueidad del sistema, evitando la fuga del aceite y aire del interior. A su vez, los retenes protegen el sistema de las agresiones de agentes externos tales como el agua, barro y demás… El hecho de que estén expuestos y sean de material blando hacen que sean vulnerables.

Los casquillos de fricción son los segundos componentes y los encargados de favorecer el deslizamiento de los diferentes elementos de la suspensión y evitar problemas de agarrotamiento o bloqueos que impedirían a las suspensiones garantizar el uso seguro de nuestra moto. Siempre que nuestro vehículo se pone en funcionamiento nuestras suspensiones se mueven, generando una fricción sobre estos casquillos y el consiguiente desgaste de los mismos, esto se traduce en aumento de las tolerancias entre componentes y en algún caso haciéndonos perder sensibilidad sobre los movimientos.

Como tercer componente tenemos el aceite, cuya principal función es la de generar una resistencia hidráulica mediante su paso forzado a través de unos orificios, esta resistencia o fuerza es la que garantiza los movimientos controlados de nuestro vehículo. Al igual que los componentes anteriormente nombrados apenas hay movimientos el aceite se pone en marcha. Este fluido se calienta, a medida que vamos generando ciclos térmicos de trabajo se deteriora, sus componentes tienden a separarse y como consecuencia vamos perdiendo eficacia en su cometido.

Y por último las válvulas, uno de los modos de regular el paso de aceite de una cámara a otra es mediante la restricción de los pasos con válvulas. Estas válvulas forman parte de un sistema de ballesta sometidas a una deformación en base a la fuerza ejercida por el aceite. Cuanto más las deformamos más se fatigan con la consiguiente falta de rendimiento.

Así que ya os podéis imaginar que resulta importantísimo mantener todos los elementos de nuestra moto en perfecto estado y las suspensiones es uno de ellos, el cuidado de estos cuatro componentes es imprescindibles. Además, en una moto de campo utilizada semanalmente recomiendo por lo menos hacer una vez a mitad de temporada el mantenimiento si es nueva y si es usada una al principio y otra a mitad.